UN TEXTO PARA UNA EXPO DEL GRAN JJ GURROLA

texto para el díptico editado por La Garufa para la exposición de J.J. Gurrola, Los caprichos de Gurrola. Aparecido también en el suplemento sábado, del uno más uno, ilustrado en su totalidad con los dibujos que conformaron dicha exposición en el año 1999.


...un punto, una coma, el pincel, la curva que delimita una nalga, la tinta escurriéndose sobre el papel, un hombro, un pezón, la rodilla, el trazo con el que se acarician las curvas de una mujer: el segundo donde todo se revela. contener la respiración para acometer esa caricia con las décimas de milímetro de separación adecuadas entre las yemas de los dedos y la piel de, por ejemplo la espalda (o la interiorización de esa visión, es decir: su recreación). una expedición tactilográfica a través de la anatomía lujuriosa y compleja que todas las mujeres poseen, contenidas en una sola, como nadie ni nada más que ellas son capaces de contenerse –de contener todo- en sí mismas. la mujer como forma total. la hiperconsciencia permanente del potencial de su voluptuosidad seductora- y su ejecución sistemática. por eso dice gurrola que además de seductora esa voluptuosidad innata, genética de género, es diabólica. la tentación. en cualquiera de sus gestos más mínimos: mesarse el pelo, quitarse unas medias, pedir una firma, decir adiós, recuperar ese espagueti rebelde que embadurna ligeramente la barbilla con una sonrisa pícara de prostituta educada y complaciente... en fin.

con esta serie de dibujos juan josé gurrola materializa sus demonios y el objeto de sus pasiones desbordadas, incontenidas, poseído como está por lo diabólico de la voluptuosidad que emanan los universos femeninos, consciencia de la hiperconsciencia, y la extrema vulnerabilidad de gurrola a ciertos encantos convertidos en provocaciones más allá de la decencia, de cualquier convención de la pseudomoral burguesa. no podía ser de otra manera. el fenómeno de lo permeable- cualidad básicamente femenina- como método de conocimiento, de observación, pero desde el punto de vista del depredador, del cazador furtivo de instantes. de descuidos.
gurrola “se abre de patas” para adueñarse de esos momentos en que la voluptuosidad de la que hablábamos se manifiesta sin objeto, naturalmente. como una flor rara que no necesita ni nuestra mirada ni nuestro varemo para ser. la totalidad de lo femenino manifestada en el detalle de una sonrisa, de una postura obscena, de una axila, de unas caderas desmesuradas. el descuido otra vez. el descuido de sí mismas, eso es lo que vemos atrapados en estos dibujos. a mí me dijo: “cuando camino por la calle y veo a una mujer, inmediatamente le adivino las posibilidades de lascivia”. quedan dos cosas por hacer con esa imagen: o correr al baño más cercano para masturbarse o dibujar. o para eliminar la horrorosa dualidad: dedicarse fervientemente a ambas. medusas inagotables, tentación en la que no hay atisbos de verdadero drama: la lucha está perdida de antemano. por eso tienen el control de los mecanismos de poder, desde tiempos inmemoriales –para qué hacernos pendejos. eso lo saben ellas (casi todas), lo sabe gurrola y también lo sé yo. como dice san mateo de jesucristo: o estás con él o contra él.
dibujos para cerrar el siglo. un excelente antídoto contra tanto empacho conceptual.


rubén bonet, abril 1999, ciudad de méxico